jueves, 16 de agosto de 2012

Simetría

Tampoco me importa el mío
Y por eso hoy voy a continuar con el tema esbozado el jueves pasado. No es fácil encontrar material específico y válido en internet (o no supe buscarlo)
De todas maneras, encontré algunas generalidades y tomé algunos párrafos que aluden a la relación madre - hija en general sin adentrarse, por ejemplo, en el caso de las hijas que crecieron sin el padre. Situación claramente diferente a otras, habida cuenta que las mamás no tuvimos la posibilidad de compartir la responsabilidad de la crianza. Tuvimos que hacernos cargo de absolutamente todo, en medio de una gran soledad, con todo lo que ella implica; incluida nuestra carga emocional...¡Ni hablar de nuestra carga extra de parir solas!
Aquí va parte de una nota interesante,(clarín 30/12/2012)que cita fuentes válidas y que, en lo personal, sentí bastante identificación: 
Las difíciles relaciones madre-hija  POR: nicolás Parrilla
Es un vínculo tan pasional que a veces resulta difícil controlar. 
Del odio al amor en un solo paso, de la compañera confidente a la enemiga mortal, y de vuelta al reconocimiento. Los avatares de las relaciones entre madre e hija muchas veces parecen los de una montaña rusa, que en cuestión de minutos puede pasar de un día soleado a la más grande de las tormentas, para luego volver a ver el arco iris.
Para la psicoanalista Mónica Fudín, jefa de la sección Docencia e Investigación del Hospital Neuropsiquiátrico José Borda, lo que mejor define la relación entre madres e hijas es “la dualidad amor-odio que existe entre ellas, y la inmensa pasión que tienen este tipo de relaciones”
Retomando las palabras del padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, Jabif señala que se producen "demandas oceánicas de la hija para su madre, que son tan fuertes, que terminan llegando al nivel del odio”...
Otra nota que rescaté: (va un párrafo) Lic. Laura Alcaraz  Psicóloga (UBA)
"..Madres e hijas de la unión a la queja del desencuentro.  De una relación idílica a una relación real. El vínculo entre madres e hijas es un vínculo que siempre da para hablar y nos invita a  reflexionar.
Lacan explica esta relación con la palabra francesa “ravage”, traducida habitualmente por “estrago” y  “devastación”. Suena fuerte, pero tanto hijas como madres han  vivido y sentido en algún momento de la vida este impacto. Devastación por la cercanía asfixiante o por la ausencia excesiva. Estrago de presencias, de cortes no encarados, del sin límites…
Freud dirá “un amor que pide exclusividad y no se contenta con fragmentos... es un amor propiamente sin límite, incapaz de una satisfacción plena y por esta razón está condenado esencialmente a terminar con una decepción y dejar lugar a una actitud hostil”. La hija se consagra a su madre o la rechaza. Vinculo que quedará oscilando entre el amor y el odio."   
Finalmente, copio unos párrafos de un trabajo de:  Psicóloga Lara Durand- Miembro de la Sociedad Psicoanalítica de México-
"...Al observar la diversidad de relaciones humanas, hay que reconocer que la relación madre-hija es, sin lugar a dudas, la más compleja y dinámica de todas. Si tratáramos de definirla lo más someramente posible, podríamos decir que la relación madre-hija no es más que la historia de una dolorosa, pero tan necesaria como amorosa, separación.
Es la historia de las desavenencias y de los encuentros que empiezan cuando una mujer se embaraza y termina cuando ésta, ya anciana, muere y se despide de su hija que se ha convertido en toda una mujer."...
Y para finalizar, debo decir que encontré un par de libros de autoayuda, pero no los menciono porque no creo en ellos (o si...¡ayudan a llenarse de guita a quien los escribió!) Prefiero en tal caso retomar mi terapia, porque, tal lo que leí en la "promo" de uno de esos libros: “Mi hija está muy lejos. No tiene necesidad, ni ganas, ni deseos de estar conmigo. Yo sigo adelante con mi vida. Pero el vacío es el vacío. y la añoranza sigue allí, y me siento muy mal debido a ello.”...
Como siempre, gracias por leer mi blog. Espero opiniones, críticas y halagos también ¿Vale? ¡Hasta el jueves próximo! Buena vida. 
  Lu
La frase para pensar:
El maquillaje no cuenta, más vale mejorar tu mente.
                                                                                                                   Frank Zappa
Acá no zafás:
(para eso  me hice “bloggera”, para publicarme...¡así que leé la entrega Nº 72 de la suelta de mis letritas!) 
Simetría
Acomodaba sistemática, simétrica y rutinariamente todos los portarretratos y demás adornos que tenía en su cocina...No soportaba ver que algo estuviera corrido un milímetro…tal vez esa  obsesión, tuviera relación con el temor a que algún sentimiento se moviera un milímetro en su frágil emotividad. Tal vez temía  poner en riesgo así su equilibrio emocional, que siempre estaba en la cuerda floja. …Un milímetro de dudas y se derrumbaría su estructura de aparente seguridad... todo en su casa era simétrico…Si algo no encajaba, se obsesionaba. Y era tal esa obsesión que no podía dejar de reacomodar los objetos, hasta lograr una simetría perfecta, así estuviera sonando el teléfono, hirviendo la leche, quemándose la comida o sonando el timbre de su casa.
La simetría era su paz, su remanso, posar su mirada triste en esos estantes simétricos llenos de adornos simétricamente ubicados, la serenaban…
Fuera de esta obsesión incontrolable, todo parecía desenvolverse con “normalidad”…Charlaba con los vecinos, con sus plantas,  hacía trámites, cocinaba, se alimentaba regularmente, de vez en cuando, se juntaba con amigos y amigas o iba a ver alguna obra de teatro…
A veces se sentaba al lado del teléfono y esperaba a que éste sonara, mientras acomodaba simétricamente los CD y se ocupaba de tener un lugar para cada cosa y que cada cosa estuviera en su lugar...
Era mi vecina, por eso conocía su cotidiano…

Era, digo, porque luego de cinco días de no verla, de ver su auto parado siempre en el mismo lugar, de no ver luces encendidas en su casa, llamé al 101. 
El oficial que llegó a cargo de la investigación,  requirió mi presencia como testigo…
Hace apenas media hora, terminaron las rutinas…Allí estaba…en el medio de la cama, justo en el medio, con un frasco de pastillas vacío en el centro de cada una de las mesitas de luz, ubicadas milimétricamente iguales en los laterales de su cama, los brazos al costado del cuerpo, y sobre su pecho –en el medio, claro- una nota que decía:    “El teléfono jamás sonó”

2 comentarios:

  1. Hola, hoy madrugué es la una y quince de la mañana. Por rara vez es el mío el primer comentario. No puedo opinar de la relación madre/hija porque no tuve más que un varón y ya se sabe, sicología básica, que el varón, por lo general se «enamora» un poco de la madre, y salvo casos muy puntuales, se convierte en un compañero incondicional de ella. De lo que sí puedo opinar es del tema de la ausencia que todas las madres experimentamos una vez que nuestros hijos han dejado de necesitarnos, alguien muy mayor: «es ley de vida», que los hijos tomen su rumbo y los padres/madres queden en segundo plano. Yo también experimenté esa sensación de abandono, y, reflexionando un poco, recordé que yo también había abandonado a mi padre cuando era algo más que una adolescente, (mi mamá murió cuando yo tenía ocho años),pensé en aquellas tardes o noches en las que él me esperaba y yo estaba en otra cosa, viviendo mis experiencias y ahí me di cuenta de que es una especie de ley natural que los adultos, como tales que somos debemos asumir, es decir, pasar a un segundo plano, quedarnos tras las bamabalinas porque nuestro personaje en la obra de teatro de la vida, ha dejado de ser el protagonista. Sólo nos queda mirar, como ese ser humano que nos ha sido prestado para guiar y acompañar, ya puede y quiere valerse por sí mismo.
    Ahora el texto, yo soy así como tu personaje, me disgustan las cosas fuera de lugar, un cuadro torcido, una ropa tirada, odio el desorden, mi terapeuta decía que era porque mis ideas estaban desordenadas, algo de eso debe haber, ya no me fastidia tanto el tema, pero no dejo de notar cuando algo está mal, lo que pasa es que me hago la tonta y no lo miro, estrategias de señora de la tercera edad para disimular sus limitaciones, perdón por la lata, me encantó el relato, muy completo, besos, Evy

    ResponderBorrar
  2. AMIGA, GRACIAS POR SATISFACER, TAN OLGADAMENTE MI PEDIDO.
    QUEDE, INMERSA EN MI REALIDAD, QUE COMO EL CUENTO DE LA BUENA PIPA, NO ACABA JAMAS.............
    RESPECTO AL TEXTO, LOGRADO, PRECISO Y SUMAMENTE GRAFICO.........ME ENCANTO.
    GRACIAS POR COMPARTIRTE , CON NOSOTROS.
    BESO
    LA UBALDON

    ResponderBorrar