viernes, 17 de octubre de 2025

Descorchando citas

 Tampoco me importa el mío
Quiero contarles que el lunes por la noche viví momentos de alegría y felicidad.
¿Y qué es la vida sino una sumatoria de momentos?
He ahí la importancia de disfrutar a pleno por "insignificante" que parezca el acontecimiento. 
No creo en la felicidad eterna. No. ¿Quién pude tener una felicidad absoluta cada día de cada año?
¡No me cuenten que sí porque no voy a creerles!
Por cierto lo importante es disfrutar de cada pequeña opción, cada pequeño gesto, de despertar los sentidos y saborear la vida con deleite.
El olor a café y tostadas por las mañanas, el sol iluminando el paisaje y entibiando la piel, o el sonido de la lluvia, que bien bonita se ve a través de la ventana, ese sabor que nos recuerda a la cocina de mamá o de la abuela, esos pajarillos cantando.
Y si estás pensando en que hay muchos días grises ¡claro que tienes razón!  
Lo dicho, la vida es una sucesión de momentos, los hay buenos, mejores, malos, peores, tristes, alegres...
Lo importante, en todo caso, es cómo gestionamos cada uno de esos momentos.
Hay quien sabe disfrutar de lo que tiene y hay quien, a pesar de tener mucho, sólo sabe quejarse por lo que le falta.
Pero volviendo a mi lunes quiero contarles que estuvo en Ushuaia Matías de Rioja. 
Se presentó en un bar llamado Krund, fui con una amiga y vivimos  momentos inmensamente ricos escuchando sus poemas, sus historias.
También estuvo presente mi hija con un grupo de amigos y amigas, toda gente con la mejor vibra.
¡Y mi emoción a flor de piel al poder estrechar en un abrazo a este inmenso ser, para mi lo es, que admiro y sigo desde que lo conocí, Instagram mediante.
No soy lectora de poesía, no es mi género preferido. 
O, en todo caso, la poesía con la que me identifico es la que reivindica, la que presenta batalla, la que incluye, la que alza la voz, la que muestra lo cotidiano con palabras simples y certeras, la que de algún modo te ayuda a reflexionar, te hace vibrar, te emociona.
Y eso me sucede con la prosa poética de Matías de Rioja. 
Puede que a vos te guste, o puede que no. Así es el arte: 100% subjetivo

 
  
Muy difícil escoger cual de sus textos compartir. Todos me parecen grandiosos. Espero que estos dos que elegí sean de tu agrado, y si te emocionas al leerlos: 
¡Hazte fan de Matías de Rioja! 😊 
Gracias por pasar, hasta el viernes que viene o hasta cuando gusten volver.
Lu
Esa Musiquita  y la actualidad argentina
                                              Acá no zafás:
   (por eso me hice “bloguera”, para publicarme...entrega Nº612 de la                                                                                suelta de mis letritas)
NOTA:  Recordé este texto que escribí en 2009. Para ustedes:
Descorchando citas
Todo listo para la cena...
¡Y Damián que no aparece!
El guiso de lentejas humeante, aromático; la mesa puesta; las copas listas: el vino sin abrir...
¡Y Damián que no aparece!
Busca el sacacorchos.
Lo observa como si fuera un objeto aterrizado en su cocina desde alguna lejana galaxia. Descubre esos dos bracitos y se le ocurre un marciano que la mira con un solo ojo. Mete el dedo en ese "ojo", empuja hacia abajo, enrosca y desenrosca...espera
¡Y Damián que no aparece!
Siempre siguió el consejo de Raquel
- "Una dama nunca debe descorchar el vino" Eso es lo que le decía.
Y no va a ser esta vez la que deje de cumplirlo.
Pero, lo sabe, tampoco será esta vez la que deje de tomar su tinto con la cena.
Piensa unos instantes y luego, decidida, marca el número de la remisería para solicitar un auto.
Al oír la bocina, hace señas llamando al chofer, quien intrigado desciende y camina hacia esa mujer que lo invita a pasar, mientras atropelladamente dice, o balbucea casi:
- “...Disculpe UD., le pagaré su viaje...es que Damián no llega y necesito abrir el vino...se enfrían las lentejas... no logro usar este maldito aparato, en fin, lo que digo es... ¿podría descorchar mi vino?...”
Sin salir de su asombro el chofer - devenido en mozo -, sostiene la botella con una mano –la izquierda precisamente- y con la derecha pincha el corcho con la punta retorcida del más común de los sacacorchos, gira, gira el ojo del marciano, se levantan los bracitos hacia el cielo mientras Elisa casi en trance, se da cuenta del calor/color de sus mejillas y se siente transportada a una ceremonia cuasi privada de adoración a Baco.
Y aquel hombre, que digo hombre... ¡genio! Tan viril, tan maestro en abrir botellas de tinto a señoritas que se ahogan en un vaso de vino –perdón, de agua- sigue con su misión solidaria, suelta la botella, toma con cada una de sus fuertes manos los respectivos bracitos elevados al máximo en esa oración – adoración al elixir de la vida y con un empujoncito certero los baja y retira así el sacacorchos marciano justo en el instante que con un triunfal ¡ sblup! acaba de deglutir el corcho...
Vuelve Elisa, aterriza, pone los pies en la tierra, y puede sentir ese aroma a frutos rojos y vainilla, se ubica de nuevo en su simpática y cálida cocina. Suspira y aún ruborizada dice:
-Gracias...disculpe la molestia...
Balbucea casi... ¿Cómo se llama Usted?
Damián, contesta él imperturbable.
-¿Damián?... ¿Cuánto le debo?-
Pues... ¡Un plato de lentejas y una copa de tempranillo!

5 comentarios:

  1. Buenos días, es un placer leer tu entrada, no puedo estar más de acuerdo contigo,la felicidad son retazos de momentos compartidos con personas o en solitario que nos hacen sentir ese nosequé que te invade por dentro.
    Me alegro muy que disfrutaras de alguien admiras y tuvieras la oportunidad de verle en directo.
    Por cierto tus letritas me han encantado ese Damián al final apareció jjjj.
    Desde este momento te deseo un muy bonito fin de semana
    Besos 😘🌹💖 y abrazos

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  2. Qué maravilla de entrada, Lu. Me ha llegado al alma tu relato de ese lunes de alegría, tan lleno de afecto y poesía. La presencia de Matías de Rioja y tu forma de describirlo, con esa mezcla de admiración y cercanía, me ha tocado especialmente. Su prosa poética también me conmueve: reivindicativa, cotidiana, vibrante… como vos decís, arte que hace vibrar.
    La canción de María Jiménez, en tu versión actualizada, es otro acierto. Tiene ese aire de resistencia y humor que tanto necesitamos, y que "vos" sabés conjugar con gracia y verdad.
    Y qué decir de “Descorchando Citas”… ¡una joya! Ese relato tiene el sabor de las buenas lentejas y el perfume del vino compartido. Me hizo sonreír y me dejó pensando en los pequeños gestos que transforman lo cotidiano en ceremonia. Gracias por cada palabra, por cada guiño, por tu manera de hacernos sentir parte.
    Un fuerte abrazo, dulce Lu. Tus textos mejoran como el buen vino.

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  3. Bella Lu, coincido contigo, la felicidad eterna no existe, solo son momentos mágicos que aparecen en nuestras vidas y muchas veces están en las cosas mas sencillas, esos momentos de felicidad nos cargan de energía positiva para poder afrontar momentos no gratos.
    Lu, precioso texto sobre abrir ese néctar que nos acompaña en cenas, almuerzos y compartirlos con la familia y amigos.
    Un aplauso para Damián.
    Maravilloso visitarte. que pases un feliz fin de semana
    Besos

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  4. Uy que bonito uno debe agradecer esos momentos que son la verdadera felicidad y a v ces damos por sentado. te mando un beso.

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  5. Ay Lu, que entrada tan bonita! Me alegra que hayas pasado esa velada tan especial el lunes. Hay letras que nos tocan el alma y poder escuchar en vivo a su autor y compartir velada suena espectacular.
    Confieso que reí con la escena del chófer desconcertado pero cumpliendo con descorchar el vino. Y luego descubrir que era Damián!!!
    Tuve un amigo sacerdote que cuando usaba un sacacorchos como el que describes bromeaba que al levantar los bracitos nos bendecía :))
    Abrazos!

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